La materia fue estabilizándose convirtiendo su viaje desmedido, en ciclos regulares. La química cósmica, no tardo en generar vínculos y convertir gases y otros elementos en agua.
Líquido maravilloso generador de vida!.
El éter combinado con la materia formó nuevos seres. Una vida distintita y desconocida aguardaba a las nuevas especies.
La vida comenzó en el agua de muchos universos. El cosmos creció en forma desigual, sin embargo todos tenían las mismas reglas.
El mundo físico se presentaba más cruel.
Un trago fuerte con sabor dulce en el final.
Ofrecía un escenario finito y con obstáculos. La sucesión de ciclos les daba oportunidad de resolver lo pendiente. Los que entendieron, florecieron.
Como todo cuerpo vivo, la madre debió reciclarse a si misma, para continuar vibrando armónicamente.
No se entendió al principio, no se entendió después. No estamos entendiendo aún…
Los ciclos de luces y sombras debería despejarnos las dudas… pero aún no alcanza.
El que es justo ve por nuestros ojos y conoce nuestro sufrimiento, solo espera que esta vez alcance.