...crecía en el medio del patio, un manzano.
Que éste veneraba por sobre todas las cosas y obviamente tenían prohibido el usufructo de la manzana porque ese manzano le pertenecía
Cuando su poderío se fue desarrollando, mandó a embaldosar todo el patio salvo un metro cuadrado que dejó libre para su manzano
El manzano prosperaba y el emperador, eventualmente, consumía algunas manzanas
Pero les tenía prohibido terminantemente, que sus sirvientes se sirvieran de él manzana alguna
Con lo cual, el triste destino final de la manzana una vez madura, era estrellarse contra los baldosones del patio